jueves, 26 de enero de 2012

¿QUE PENSAMOS SOBRE EL FRACASO?

Debemos pensar, que no solamente el alumno es el afectado y el centro de lo que llamamos “fracaso” sino que la escuela, la familia, el ambiente social, las relaciones sociales, la situación económica o cualquier factor que pueda afectar al proceso de enseñanza-aprendizaje influye en el resultado académico del discente.

Hasta ahora nos hemos fijado en la idea de “fracaso escolar” con el alumnado como centro de la cuestión. Pero el fracaso escolar no solamente se refiere al individuo que aprende sino al entorno en el que se aprende. Por lo tanto, también la escuela, los padres, el profesorado y la sociedad son (o pueden ser) víctimas del fracaso escolar.
En lo que respecta a la escuela, hablamos de fracaso escolar cuando no alcanza los objetivos fijados o no resulta ser lo que se espera de ella. Factores como las financiaciones, el profesorado, el estado físico de la escuela, la colaboración por parte del alumnado y las familias o incluso los medios para garantizar la educación y las actividades que quieren llevarse a cabo en ella pueden conducir a una situación de fracaso y abandono. Esto conlleva que la escuela termine sufriendo una ausencia grave de interés y de resultados.

DISMINUCION DEL FRACASO ESCOLAR

La educación requiere una implicación importante, un interés y esfuerzo para conseguir no solo la adquisición de conocimientos sino una formación humana y social. El docente, para luchar contra el virus del fracaso escolar, debe buscar la manera de formar personas, de inculcar hábitos, de suscitar el interés por saber, por ser y por conocer cada día más acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

La escuela es un lugar para aprender a pensar, para aprender a vivir y para adquirir los conocimientos necesarios para alcanzar las metas que nos proponemos. No debe ser un lugar negativo, un lugar estresante donde no demos rienda suelta a la mente sino que la cohibamos con veredictos de fracaso y falta de esfuerzo frente a las dificultades frente a esta situación.

1. ¿Qué se es el fracaso escolar?, ¿Realmente es algo tan irremediable?

El informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) divide el fracaso escolar en dos dimensiones:

 Alumnos con bajo rendimiento, es decir, aquellos que durante la
- escolarización no han alcanzado el nivel de conocimientos suficientes o esperados.

 Alumnos no titulados, es decir, aquellos que terminan su escolarización
- sin obtener el graduado escolar o que abandonan los estudios antes de conseguirlos.

 Las consecuencias sociales de aquellos adultos que no obtuvieron el
-
graduado y se ven afectados en su vida laboral y social.

Las dos dimensiones están muy relacionadas aunque el momento en el que se produce (durante la escolarización, al finalizar los estudios o posteriormente) es diferente y, por lo tanto, sus implicaciones también lo son.


¿QUE FACTORES DERIVAN DEL FRACASO ESCOLAR?

La sociedad también es un factor importante que puede desembocar en fracaso. Es conocido por todos que en todas las ciudades hay lo que conocemos como “zonas buenas” y “zonas malas”. A simple vista vivir en un barrio estable, comercial y con unas características socioeconómicas aceptables parece ser un billete directo hacia el éxito escolar, educacional, profesional y social. En estos casos encontramos una mayoría de adolescentes escolarizados, con perspectivas de continuar los estudios, con una educación más amplia y con más posibilidades de prosperar.
En el caso de las “zonas malas” es frecuente encontrar una mayoría de personas sin estudios universitarios, niños sin escolarizar, niveles de vida precarios que hacen que los niños y adolescentes no conciban un cambio de vida de la que han estado viendo hasta ese momento. El interés y el esfuerzo que conocen han acabado en fracaso o en estilos de vida nada atractivos y, por lo tanto, asumen esa situación como el único y factible futuro al que pueden aspirar y, por lo tanto, no encuentran práctico esforzarse para conseguir alguna otra cosa que o creen imposible de alcanzar o simplemente desconocen.

El profesorado no está excluido de esta problemática. La situación actual de los docentes es bastante complicada y afecta de sobremanera al aumento del fracaso escolar. El alumnado presenta varias problemáticas mientras que el docente no puede interferir o no tiene suficientes medios por las lagunas legales y la falta de ayuda y cooperación tanto de la administración como de las familias en muchos casos. Es por todos conocido que el nivel de bajas por estrés de los maestros y profesores ha subido alarmantemente en los últimos años. Este hecho provoca que los maestros y profesores dejen de ver su profesión como algo bonito, artístico y de gran valor y la vean como una simple responsabilidad para cobrar el sueldo que necesitan para vivir. 

CENTRO DE FORMACION DE PROFESORES

ALGUNAS SOLUCIONES FRENTE EL FRACASO ESCOLAR

Para conseguir un mayor nivel de éxito es necesario que se trabaje conjuntamente entre el equipo directivo, la familia y, por supuesto la Administración. Las posibles soluciones son innumerables desde aquellas que afectan únicamente al niño hasta las que afectan a toda la comunidad educativa. Veamos algunas de propuestas para evitar el fracaso escolar.

 La Administración: es importante saber que vivimos en uno de los países de- la Unión Europea con menos presupuesto destinado a educación. Desde la Administración sería conveniente que se dotase, en la medida de lo posible, a todos los centros de las herramientas necesarias para la adaptación de los aprendizajes a la sociedad actual. Equipos informáticos, aulas menos masificadas, material educativo, aumento de docentes y sobretodo, dotar a cada centro con el equipo psicopedagógico pertinente cosa que, actualmente, no llega ni a alcanzar el 40% de los centros públicos españoles.

 La familia: es indispensable entender que un niño con dificultades no es- una vergüenza sino algo natural. Al igual que los adultos tenemos dificultades para realizar algunas actividades y sobresalimos en otras, los niños se encuentran en la misma situación. Si un abogado se siente incapaz de conducir 10 horas al día como hace un camionero se asume como algo normal. A los niños, en su justa medida, les pasa lo mismo. Por lo tanto es necesario dejar de ver vergüenza donde solo hay una necesidad y cubrir esa necesidad con los medios que sean necesarios.

Equipo educativo: entre los profesores y de más equipo educativo de un- centro se debe conocer a cada niño en concreto, intentando proporcionar una educación lo más personalizada posible. Cuanto más esfuerzo se invierta en el alumno mejores resultados se obtendrán. Un profesor debe entender que es el referente de cientos de futuros adultos, de las personas de las que dependerá el futuro de la sociedad por lo tanto, deben actuar en consecuencia procurando que cada uno de sus alumnos se sienta querido, comprendido y que todos y cada uno de ellos adquieran las habilidades necesarias para poder prosperar en un futuro.

Conjuntamente entre estos tres pilares educativos del niño pueden surgir las más innovadoras técnicas y estrategias para combatir el nivel de fracaso escolar y encontrar el camino adecuado para que cada alumno en mayor o menor medida tengan una formación especializada en alguna profesión que desarrollar en la edad adulta sin caer en el error de la formación profesional antigua donde los alumnos de la misma no eran más que los fracasados de B.U.P./C.O.U.

TRANSTORNOS DEL APRENDIZAJE (PARTE 3)

Es muy frecuente ver a alumnos que no han alcanzado los objetivos propuestos al principio del curso y que el sistema educativo o las propias familias deciden hacerle avanzar un curso más adelante. Pese a la opinión de muchos padres, la dinámica de repetir curso, es necesaria en casos de niños que no han superado los niveles anteriores. Un alumno que no ha alcanzado los aprendizajes necesarios se ve en una situación de estrés, de desinterés y de desubicación en un ambiente complicado e incluso ajeno para él al no comprender ninguno o casi ninguno de los contenidos que se imparten.
Los problemas más frecuentes (aunque no necesariamente presentes en la mayoría de centros, como los trastornos anteriores, pues estos casos se presentan en una minoría de la población infantil) son:
 Depresión infantil: hasta los años 40, la comunidad sanitaria, sostenía- que la depresión infantil no existía. Hasta entonces, la salud mental infantil no se había tenido en cuenta, asumiendo que los problemas mentales surgían, en su totalidad, en la edad adulta. Es a partir de esta época cuando algunos médicos de revelan contra esta idea y comienzan a estudiar la depresión como una enfermedad que afectaba en la edad infantil al igual que en la edad adulta. Los síntomas más visibles son la falta de humor, de juego, la predilección por lugares solitarios, la falta de interacción con otros niños, una tristeza constante y mayor de la que se consideraría normal en esta edad. Los niños con depresión se sienten desinteresados por todo no sienten el entusiasmo propios de la infancia. Los cambios en el carácter son notables y se producen en un breve periodo de tiempo. Este problema se soluciona con la intervención de un psicólogo y/o psiquiatra, activando terapias adecuadas para el niño y medicándolo si fuese necesario.

 Falta de integración en la escuela y entre los compañeros. En estos casos- suele ser frecuente que el niño tenga un complejo de inferioridad o que la situación de marginación lo provoque. El niño que no se siente integrado, se siente incapaz de comunicarse, tiene miedo a equivocarse y a las burlas que sus errores puedan ocasionarle. No se relaciona con los otros niños y tiene predilección por las actividades en solitario puesto que las actividades grupales le causan preocupación, nerviosismo y no sabe como actuar.
El niño se siente incapaz de realizar las tareas y las actividades escolares igual que sus compañeros, se siente culpable de su rechazo (causa del complejo de inferioridad) y siente que esa situación no podrá cambiar nunca, por lo tanto, es muy posible que expanda los problemas que tiene en la escuela para relacionarse y resolver problemas a otros ámbitos de su vida, ya sea el familiar o el social impidiendo que se desenvuelva adecuadamente.
El niño discriminado o inadaptado rechaza la escuela, hace lo imposible por no asistir. Suelen fingir enfermedades con frecuencia para quedarse en casa, en la seguridad del seno familiar.
Todas estas situaciones provocan que el niño sea desinteresado en las labores académicas ya que su prioridad es formarse un escudo de defensa ante los demás y buscar la seguridad encerrándose en sí mismo.
Falta de atención paterna: en los hijos de padres trabajadores con poco o- ningún tiempo para dedicar a los niños, o los niños que viven en contextos socioculturales bajos, que son responsables de más de lo que sería adecuado para su edad (como cuidar de hermanos pequeños o cuidar la casa cuando los padres no están) surgen pautas de comportamiento que conducen al fracaso escolar en la mayoría de los casos. Ya sea por las responsabilidades que los niños asumen o por no verse motivados por ninguno de los progenitores (o quizá por ambas razones) los resultados académicos no suelen tener demasiada relevancia para ellos. Nadie les inculca la importancia de la cultura, del saber, de adquirir las herramientas necesarias para poder valerse por sí mismo en un futuro y, por lo tanto, los resultados no son demasiado alentadores.
 Síndrome del príncipe destronado: a la llegada de un nuevo miembro a la
- familia pueden surgir cambios conductuales en el niño. Estos casos son más frecuentes en los niños que han sido hijos únicos hasta el momento o que han sido los más pequeños hasta entonces. Sienten que han dejado de quererles, que ahora toda la atención es para el nuevo bebé. En estos casos es muy importante hacer sentir al niño partícipe en los cuidados del hermano, hacerle sentir necesario e integrarlo en el día a día del niño evitando prohibir al niño jugar con el bebé, tocar al bebé o interactuar con él de manera que deje de verlo como un competidor por el amor paterno y verlo como un nuevo compañero.
 Problemas de salud que impliquen un estado de agotamiento y malestar en el
- niño y, por lo tanto, no realiza las actividades diarias ni con granas ni con fuerzas. Para estos niños, sea enfermedad crónica, de larga o corta duración, el estado en el que se encuentran les impide realizar ciertos esfuerzos que, en general, compensan con entusiasmo y en interés. El tiempo que pase en reposo o en proceso de recuperación determinará la cantidad y la calidad de nivel perdido respecto a sus compañeros. Es recomendable facilitar a estos niños herramientas adecuadas para volver a alcanzar el nivel general del grupo mediante tutores individuales, refuerzo y mucho apoyo familiar como educativo.
 Maltrato de género en el seno familiar del padre hacia la madre o
- viceversa influye en un grado considerable en el comportamiento del niño puesto que la seguridad y felicidad que debería tener en casa es inexistente. Se siente amenazado, siente miedo por el progenitor agredido y no entiende la familia como foco de seguridad. Estos niños suelen tener una conducta agresiva puesto que desde pequeño no ha aprendido ninguna otra manera de resolver los conflictos que van surgiendo. En estos casos la falta de cariño, se seguridad, la baja autoestima son las que van escribiendo el camino del niño. Es positivo intentar darle un trato cariñoso, entender que hay días (en los que ha habido conflictos familiares) en los que su humor no será alegre, que necesite más atención de la debida. El psicólogo del colegio en cooperación con el equipo educativo deben procurar darle al niño, en parte, aquello que no tiene en el hogar sin darle un trato especial sobre los demás niños puesto que eso puede aumentar su agresividad al entenderse más importante que el resto y, por otro lado, puede provocar el rechazo de los demás niños.
 Maltrato o abuso infantil: los niños que se encuentran en esta situación
- tienen un carácter muy delicado. Hay que conocer al máximo los detalles de su situación e intentar solucionarla mediante la denuncia pertinente o las técnicas que sean necesarias. Los alumnos que sufren de maltrato suelen ser individualistas y se encierran en sí mismos al creerse malos y deficientes sintiendo la culpa del maltrato que sufren. Son casos de mucha complejidad ya que el niño intentará negarlo y esconderlo. Además, en los casos en los que la denuncia llega a término, comienza un proceso terriblemente duro para la criatura viéndose obligado a explicar con todo lujo de detalles que tipo de maltrato o abuso ha recibido sintiéndose aún culpable de los hechos. Es necesario la intervención de un psicólogo o, incluso, de un psiquiatra dependiendo de la situación.

TRANSTORNOS DEL APRENDIZAJE (PARTE 2)

Pese a que muchas veces se utilizan los términos discalculia y acalculia para referirnos al mismo trastorno, como se ha mencionado anteriormente, no son exactamente lo mismo. La acalculia se refiere a aquellas dificultades de cálculo que se deben a una lesión cerebral ocurrida ya en la edad adulta. Hay dos tipos de acalculia:
 Acalculia primaria: son aquellos casos en los que no existe ningún otro- trastorno relacionado con el lenguaje sino que solamente el cálculo está afectado.
 Acalculia secundaria: son los caso-s que viene acompañados de otros daños en el lenguaje, habilidades espaciales y visuales y otros posibles retrasos.

 Retraso psicomotriz: es un trastorno que provoca retrasos en el desarrollo- de las habilidades propias para su edad hasta durante los primeros 3 años de vida. Dichas habilidades pueden aparecer de forma retardada, cualitativamente alteradas o sencillamente no aparecer.
Trastornos del aprendizaje: se engloban en este grupo aquellos trastornos que imponen ciertas dificultades para el aprendizaje de ciertos conocimientos al niño. Como los trastornos del desarrollo, la causa principal se encuentra en anomalías en el sistema nervioso del niño. Estas dificultades pueden ser de carácter temporal o permanente. En todo caso, existen técnicas y tratamientos para controlarlos o corregirlos. Entre los trastornos del aprendizaje más conocidos se encuentran:

 Trastorno de TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad):- este es uno de los trastornos del aprendizaje más frecuente en las aulas. Suele ser bastante más frecuente en niños que en niñas. Aunque suele hacer su primera aparición cerca de los 4 años de edad (en la mayoría de los casos sin ser esta norma algo indispensable) no se puede diagnosticar con claridad hasta los 6 o 7 años de edad.
Sus causas son neurológicas y representa entre el 20 y el 40% de las consultas de psiquiatría infantil y juvenil. Aunque no es un trastorno permanente, entre el 60 y el 75% de los casos diagnosticados presentan conductas propias de TDAH hasta la vida adulta. Un 80% de los factores que afectan a su aparición son de condición genética, por lo tanto, se considera un trastorno hereditario.
Trastornos psicopedagógicos: estos trastornos son la consecuencia de pasar- de curso a un niño sin tener los conocimientos mínimos adquiridos.